viernes, enero 25, 2013

Especial: Barry Sheene y el legado de un estilo

Hoy día las carreras son lo que son: un negocio de millones y millones de dólares, y los pilotos son lo que son: tipos con un talento y una capacidad increíble de conducir las motos más potentes del planeta (como los de antes) y también parte del negocio.

Corriendo sobre un paso de ferrocarril, ¿cuántos de los pilotos modernos aceptarían algo como eso?
Hoy en día los pilotos o pagan millones para correr o reciben millones por correr y esto les hace parte de una infraestructura en la que todo lo que se dice y hace está monitoreado por miles de micrófonos y cámaras que se mueven alrededor suyo, puesto en palabras simples, hoy en día si no eres políticamente correcto, no importa tu talento, lo que digas será grabado y muy probablemente no llegues al tope de las listas.

Las cosas no fueron así durante mucho tiempo, los pilotos corrían porque querían (igual que los de ahora) pero eran ellos los protagonistas de la movida, todo giraba en torno a ellos y decían lo que pensaban (unos con más frecuencia que otros), no había mucho dinero en juego pero sí había prestigio, cada carrera era un duelo hasta las últimas consecuencias pero una vez que el casco se colgaba de la moto las cosas cambiaban y el ambiente de camaradería era el que reinaba, pilotos riendo, compartiendo y en ocasiones dándose trompadas, tirados en el piso de los boxes con sus mecánicos como los amigos que eran. Recuerdos que guardan algunos.

¿Por qué iniciar una nota sobre un piloto con comentarios como estos? porque Barry Sheene tiene todo que ver con lo que acabamos de mencionar.

Barry Sheene, un playboy con todas las de la ley.
Nacido en Londres en 1950, Sheene, sin haber llegado a ser uno de los pilotos más ganadores en la historia del mundial de velocidad, si es uno de los más recordados por aficionados de antes y de ahora (de los que no alcanzamos a conocerlo). Deportivamente Sheene pasó a la historia tras obtener dos títulos mundiales en la categoría de 500cc en 1976 y 1977 con Suzuki y por haber sido el último inglés en conseguir el campeonato en esta categoría. Barry obtuvo su primer título a los 20 años conquistando el cetro de los 125cc en el campeonato británico, al año siguiente fue sub campeón de la categoría en el mundial de velocidad y en 1974 entró a la categoría de los 500cc, aunque también corría en 50cc, 125cc y 250cc.

Pero el éxito de este piloto inglés nació por ser quien era una vez bajaba la bandera a cuadros. De Sheene nadie tuvo nada que decir por su comportamiento en la pista, ni siquiera Kenny Roberts con quién se batiera encarnizadamente durante la temporada de 1981, pero fuera de las pistas el hombre daba mucho de qué hablar...


Sheene se caracterizaba por una actitud alegre y desenfadada, era todo un playboy supremamente exitoso con las mujeres, fumaba hasta con el casco puesto y decía lo que pensaba, fue especialmente crítico con el TT de la isla del Hombre y luego de haber corrido obligado se despechó en críticas en contra de esta carrera. Corría luciendo en su casco una imagen del Pato Donald, y portó el número siete a lo largo de toda su carrera, incluso fue el primer campeón que declino el uso del #1 para mantener el número que lo distinguía, dicen que el saludo tan popular hoy en día entre los moteros, el de saludarse haciendo la señal de la V con los dedos de la mano, viene de este piloto que festejaba de esta manera cada triunfo; Barry fue también el primer piloto que sacó provecho de su imagen y su carrera, consiguiendo patrocinios en los que le pagaban no solo por correr, sino por lucir sus marcas.

En 1975 fue víctima del primero de dos grandes accidentes que le dejaron secuelas que posteriormente acabarían con su carrera deportiva, rodando durante una sesión de prácticas con la Suzuki en Daytona, la llanta trasera se reventó en pleno peralte rodando a unos 250km/h, la caída le dejó con varias fracturas en la  pierna izquierda, el brazo y la clavícula derecha y en dos costillas. Siete semanas después volvió a las pistas. El segundo accidente ocurrió en 1982, otro fuerte accidente que le obligó a retirarse por el resto de la temporada y que más tarde, en 1984 le obligara a retirarse definitivamente de las pistas.


A finales de los 80 Barry Sheene se mudó con su esposa Stephanie McLean (ex Top Model y portada de Penthouse) y sus dos hijos a la costa dorada en Australia buscando un mejor clima que le ayudara a aliviar los dolores causados por la artritis y las lesiones de su cuerpo, falleció en 2003 de cáncer en el estómago dejando para siempre la memoria de su constante sonrisa, sus palabras irreverentes y esa imagen del estilo de vida de los pilotos de carreras que vivían en un mundo rodeado de placeres, todos bien merecidos porque según dicen, Sheene era un buena onda que sabía llevarse bien con todo el mundo.

Los dejamos con una serie de videos documentales sobre la vida de este carismático piloto y el trailer de la película Legacy que se rodó como un homenaje póstumo.

Barry Sheene MBE 1950 - 2003 parte 1

Barry Sheene MBE 1950 - 2003 parte 2 

Barry Sheene The Legacy

Sesión de pruebas y accidente en Daytona 1975





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