viernes, enero 25, 2013

Bienvenida merecida para el equipo Reto Dakar

Que los sueños se hacen realidad y que hay que sudar y luchar para concretarlos es algo de lo que a nadie le debe caber la más mínima duda, aquí un ejemplo reciente, Marco y Mateo soñaron algún día con correr en el Dakar y ayer luego de haber chupado polvo durante 14 días, de haberse caído y levantado incontables veces, de haberse asustado y emocionado un millón de veces, recibieron una bienvenida que si bien no pueda ser tan íntima como la que suele vivirse cuando se vuelve a estar con los seres más queridos y cercanos, no por eso deja de ser emocionante y gratificante.

En moto, como debía ser, hicieron su entrada Marco y Mateo
Auteco, su junta directiva y gran parte del personal de la planta recibieron como héroes a estos dos pilotos, dos de los cuatro colombianos que dejaron sus huella en la línea de meta del Dakar, dos de los cuatro que trajeron de vuelta a casa la medalla que muchos quisiéramos tener en un anaquel de la casa pero que solo unos poquitos llegan a ganársela.

Valga el reconocimiento para estos bravos pilotos que sin duda alguna hicieron bien su tarea, que aprendieron, sudaron, vivieron, conocieron y lucharon con ahínco en una prueba no apta para pusilánimes, ahora es el momento de mirar atrás con alegría, orgullo y satisfacción por lo hecho y de mirar hacia adelante con optimismo, determinación y con la tranquilidad de saber que de decidirse a volver, ya saben qué deben hacer para ir mejor preparados.

Felcitaciones para Marco y Mateo.  



Incluso María del Mar, la hija de Mateo fue buscada para las entrevistas.

Marco luce la medalla que lo acredita como uno de los pocos
 que ha conseguido completar un Dakar.
Marco y Liliana Sanín, su ángel de la guarda (y de Mateo también) en el Dakar.

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