Si ya te has dado una que otra vuelta por estos lados, habrás notado que dentro del inmenso mundo de carreras míticas, gloriosas, mentales y apasionantes, el TT de la Isla del Hombre ocupa para nosotros el lugar preferencial por encima de cualquier otra competencia que exista en el planeta. Si apenas empiezas a rondar este espacio virtual puedes ir acostumbrándote al hecho de que verás mucho material relacionado con esta carrera.
Este iba a ser un post más sobre el TT, solo por traer a colación imágenes deslumbrantes, apasionantes, de esas que te erizan los pelos de la piel; sin embargo, este material llegó por intermedio de alguien muy cercano, acompañado de un comentario que puso a rodar los engranajes de la cucurbitácea. El comentario, palabras más, palabras menos, planteaba la inquietud que surge sobre el efecto que pueda tener el mostrar estas imágenes y de cómo puedan ser usadas a modo de referencia, ya sea para bien o para mal, en relación al uso de las motos en espacios distintos a circuitos cerrados y construidos especialmente para rodar al límite.
El debate ha existido desde 1907 cuando se disputó la primera edición del TT y seguirá existiendo hasta el final de los tiempos; el TT es una carrera que, y he aquí el quid del asunto, año tras año se lleva al menos una vida, en esta competencia las excepciones las hacen los años en los que no muere nadie, sea piloto o espectador, 2012 fue la última excepción y probablemente todos, quienes organizan, compiten y seguimos el TT, esperamos que la excepción se vuelva la regla, sin embargo la muerte es una realidad en estas dos semanas de competencias, una realidad que aceptamos quienes gustamos de esta carrera y la razón por la que millones de personas piden que se acabe.
En este sentido el TT es un buen ejemplo, el ejemplo de que a falta de pistas se puede organizar una competencia, bien organizada, tomando todas las medidas de precaución y de seguridad necesarias, en un espacio como una calle, un lote de bodegas vacío, un estacionamiento grande, ¿cuál es el problema de hacer esto? Al fin y al cabo en un país como el nuestro en el que ruedan más de tres millones de motos y se están vendiendo más de 500.000 motocicletas al año y que sin embargo tiene un solo, ¡UN SOLO autódromo! es apenas lógico que muchas de esas motos pertenezcan a alguien que quiera probarse a sí mismo qué tan rápido es capaz de andar y para quien a falta de espacios y oportunidades, buenas resultan las calles y carreteras por las que circulamos cotidianamente... Aquí es donde el TT pasa a ser un mal ejemplo.
Desafortunadamente las ganas de correr son más fuertes, en muchos, que la capacidad de pensar y de medir las consecuencias de lo que se hace, y créelo, cuando vas rápido las consecuencias, tarde o temprano, se hacen sentir. En este sentido quienes gustamos de las motos debemos reconocer que entre nosotros ruedan miles de cretinos que en procura de batir records que importan solo a ellos hacen lo que sea, corren dónde sea y ponen en peligro a quien sea por alcanzar una meta que no es más ni menos (y me perdonas la expresión) que un "pajazo mental".
Que año tras año se pierdan una o tres vidas en el TT, o en el Dakar, o en cualquier otra carrera similar, es algo con lo que personalmente puedo vivir, incluso morir, finalmente quien asiste a estas competencias sabe a qué se enfrenta, entiende y asume la responsabilidad y las consecuencias de lo que hace, ya sea un competidor o un espectador, lo entienden también sus familias y por ello es que no se ve o se escucha acerca de escándalos o demandas de los familiares de X o Y piloto que haya fallecido en medio de la competencia.
Que día a día se pierda no una, sino decenas de vidas por la estupidez y las ganas de ser el más rápido de un idiota en la calle, eso es algo que no entiendo, y que no comparto tampoco, porque quienes salen a competir entre otros vehículos en una vía pública son personas que pasan por encima del derecho a la vida de los demás, probablemente quienes salgan a correr acepten el hecho de que pueden morir, ¿pero está de acuerdo también su familia? en su innecesaria carrera además suelen llevarse por delante a alguien que no tenía entre sus planes morir ese día, o sufrir un accidente que lo deje postrado en una cama sin saber por cuánto tiempo, y te aseguro que ni la persona afectada, ni su familia van a entender.
Personalmente amo la velocidad, pero he aprendido, como muchos otros motociclistas, que en la calle la razón está por encima de las ganas, ¡eso sí! cuando haya un espacio como el TT, entonces, pase lo que pase, el acelerador y las ganas serán las que manden.
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