A Justin O. Sanders de 24 años de edad no le fue muy bien el pasado 8 de abril, como que se le fue la mano mientras conducía su Mazda y para su infortunio se encontró con un hueso duro, el oficial motorizado Troy Gurrley que lideró la persecución que concluyó con Sanders tirado en el suelo y cinco o seis oficiales tirados sobre su espalda para inmovilizarlo.
Vía: asphalt & rubber
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