jueves, marzo 07, 2013

Jason Britton, la diferencia entre ser profesional y andar arriesgando a otros

Ahora con esta proliferación del mundo de las acrobacias en moto la cosa empieza a tomar tintes de problema, siendo serios, para "picar" una moto no es mucho lo que se necesita, tampoco para hacer un endo  y desafortunadamente muchos jóvenes piensan que por ser capaces de hacer una de estas maniobras están en un nivel de manejo envidiable y pueden (y deben) ser dignos de admiración.

Este no es un tema de una ciudad en particular, ni siquiera de un país, ni siquiera es un tema actual, desde que existen las motos existen tipos capaces de hacer acrobacias con ellas, lo que pasa es que ahora con lo fácil que es para cualquier persona hacer uso de una cámara y de Internet para subir un vídeo cualquier pato con reducido uso de su materia gris puede mostrarse ante el mundo picando la moto en calles abiertas al público poniendo en riesgo su vida y la de otras personas. Eso no es ser un teso de las dos ruedas, lo más triste es que con esta tendencia autodestructiva que tenemos los seres humanos este tipo de imágenes son las que más gustan y mayores comentarios generan en las redes.

Pero esto de las acrobacias se puede hacer bien, muy bien y a lo bien, sin dañarle la existencia a ningún parroquiano que nada tenga que ver con nosotros, en Colombia el mejor ejemplo es Andrés Villa, un tipo que ha hecho del stunt una manera de vida y lo hace de una manera profesional, así como lo hace Jason Britton, un norteamericano que como él dice, trabaja para pagar las cuentas y darle un techo a su familia, que hace lo que le gusta pero no practicando en una autopista o en la calle del barrio, sino en un lugar cerrado donde no molesta a nadie y donde si pasa algo el único afectado es él mismo, como sucede cuando se practica un deporte como debe ser. 

De paso... las maniobras son impresionantes.

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