No podía haber salido de otro lugar más que de la península de la buena pasta, el buen vino y las conversaciones desparpajadas a volúmenes estridentes. La Benelli 512M, concebida por el taller Plan B Motorcycles, ubicado en alguna parte en el norte de Italia, nació como un homenaje al Ferrari 512M que en los años 70 y 71 marcó un hito en las carreras de resistencia con el equipo Penske.
Tomando como punto de partida una Benelli 354 Sport que viví días oscuros entre el olvido y el polvo, la gente de Plan B optó en el proceso de su desarrollo, por dejar de la moto original solo el chasis y las llantas, todo lo demás fue adicionado tomando partes prestadas de otras motos y hay que decir que la amalgama de partes resultó ser una jugada bastante positiva.
El motor de la Benelli 354 fue reemplazado por uno de 500cc, mucho más adecuado al nombre y al pedigrí de la nueva versión, adicionalmente los carburadores fueron reemplazados por unos nuevos Dell´Órto, las toberas de admisión fueron cambiadas y todo el cableado eléctrico fue renovado.
Adelante la horquilla es de una Buell M2 Cyclone, con disco de freno (también de la Buell) de 340mm y pinza de 6 pistones, atrás el subchasis fue reemplazado por uno realizado allí mismo en el taller, el basculante también es de nueva factura y entre ambos trabaja un amortiguador Gears Racing multiregulable.
El cuadro de comandos destaca por un precioso cronómetro análogo, emplazado junto a un tacómetro que alcanza unas interesantes 12.000 RPM, llamativo el interruptor de luces, el botón de encendido y algunos controles de "vuelta" y "pits" muy llamativos.
La parte carenada está toda realizada en fibra de vidrio con apliques de aluminio en distintas partes, este aluminio es el que ha sido utilizado para la elaboración del depósito de combustible que cuenta con unos "ojos de buey" para comprobar el nivel del líquido, y mismo material en el que fue realizado el Ferrari 512M.
Nos quedaremos por siempre con la duda de cómo se mueve esta moto homenaje, pero como en la mayoría de las motos de este caso, lo que cuenta casi siempre más que como se mueve, es como se ve, y esta Benelli 512M hace todo honor a la fuente de su inspiración.
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