Ahora que los germanos de la Bayeriche Motoren Werke vienen con esos ritmos cambiados, dándole garrote a los nipones con sus mismas armas, cambiando de colores y diseños y demás, resulta también que han encontrado nuevas formas de promocionar sus productos de dos ruedas (que son las que nos importan por estos lados).
Después de haber salido con el tiro del mantel (si no la han visto me avisan que se consigue) ahora optaron por algo mucho más artístico, más cromático si se me permite el término y por supuesto más sonoro. algo que agradecemos quienes gustamos del inconfundible petardeo de los motores Boxer, y en nada afecta que hayan mezclados por ahí unos cuatro y seis cilindros, que ha decir verdad caen bien en la sinfonía.
Les diría que cerraran los ojos para deleitarse con el "roarrr" de los motores, pero con los ojos abiertos también se disfruta este corto concierto.
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