Usemos la cabeza, sin dejarnos llevar por
estereotipos… Que la protagonista de hoy viene, sin ella proponérselo o
saberlo, con polémica servida, que es una TVS con escudo, que es solo un
disfraz, que bla, bla, bla, pongámosle a esto un poco de Zen, que la BMW G 310
R lo merece, y después de leer cada uno saque sus propias conclusiones.
Pequeña, hecha en India ¿y
aún así teutona?
Estereotipo para romper: BMW solo hace motos
grandes. Cierto, los alemanes en el transcurrir de las últimas décadas se
decantaron por el mundillo del alto cilindraje con la R 1200 GS como buque
insignia, pero hacía años que ya habían jugado con motores de 300 y tantos
centímetros cúbicos y ahora, siguiendo las tendencias del mercado y
aprovechando el buen momento por el que atraviesa la marca le apostaron a
volver con las de media/baja cilindrada, valiéndose de las ventajas que aportan
los conocidos “joint venture” en este caso con la marca india TVS (más al
respecto más adelante).
Enfocándonos entonces en la pequeña alemana, empecemos
diciendo que la moto está bien hecha, a nivel estético me refiero, y esto es
irrefutable, la pequeña G 310 R rebosa de buenos acabados que transpiran halo
de familia por todos lados, de bellos detalles coquetos, como el escudo de la
marca incrustado en la tija superior de dirección, como el tablero de
instrumentos digital, los espejos dignos de una 1200, el maquinado de muchas
piezas, el acierto del diseño desde la cola hasta la cabeza y un montón de
detalles más que prueban el cuidado y esmero que el equipo de diseño de la
marca puso para que la menor de todas conservara el estilo de sus afamadas
parientes de alto cilindraje. De hecho la similitud entre la 310 y la F 800 GS
no es acaso coincidencial y sí en cambio (a diferencia de lo que rezan en los
créditos de los melodramas), “todo parecido con la realidad es intencionado”,
lástima eso sí, el paquete de escape que le pusieron, cumplirá con todas las
normas anti contaminación, pero… qué se le va a hacer.
En cuanto a
equipamiento no está nada mal tampoco: ABS de serie (lo mínimo en seguridad
para una moto alemana), tablero digital con información muy completa, incluidos
promedios de consumo, indicador de cambios y demás, solo le pesa el tono gris
obituario que le dieron a la iluminación diurna, llantas Michelin, horquilla de
barras invertidas de 41mm, excelentes luces para una moto en teoría urbana, que
permiten rodar con seguridad en carreteras sin iluminación… el listado de equipamiento
es bastante completo, pero lo que realmente cuenta para muchos es cómo se
siente ¿si es una BMW pequeña o una TVS maquillada?
Más allá de la superficie
La plataforma mecánica de la G 310 R es un motor
monocilíndrico de 313cc refrigerado por líquido cuya mayor peculiaridad reside
en la disposición invertida del cilindro, es decir que este va girado 180° con
la admisión hacia adelante y el escape hacia atrás. Por lo demás estamos ante
un propulsor convencional, refrigerado por líquido, cuatro válvulas en culata
DOHC, que entrega una potencia cercana a los 34 caballos de fuerza a 9.500rpm, acoplado
a una caja de seis velocidades (con la primera que parece conectada a un cardán
por la brusquedad con la que engrana), y alimentado por inyección electrónica,
siendo esta la única “ayuda” que recibe desde la ECU, no hay controles de
tracción, sensores de posición de acelerador ni demás carajadas raras que sí
son de presencia habitual en las grandes de la marca.
Debo admitir que dos cosas me llamaron
particularmente la atención en el desempeño de este motor: uno, que se comporta
como señora decidida (si es que cabe la expresión), dos, que por encima de las
8.000 rpm vibra como no lo esperarías de una moto alemana, y encima con un
rumor mecánico que no es precisamente encantador. ¿Cómo es el desempeño de una
señora decidida? Las mujeres cuando saben lo que quieren, hacen lo que tienen
que hacer para alcanzarlo sin los aspavientos ni las ínfulas propias de los
varones, van al grano, manteniendo siempre un cierto estilo en sus maneras, la G
310 R acelera con decisión, es rápida, va a lo suyo pero sin excesos, con ella
no hay aceleraciones de vértigo, no hay ojos desorbitados, emoción lo que se
dice emoción, no hay mucha, certeza sí hay y bastante de que a donde se apunte
con el acelerador se llega sin dilación. La velocidad punta es otra indicación
de esto, durante los kilómetros que pudimos rodar con esta moto alcanzamos
apenas a superar los 150km/h, es más que suficiente y sin embargo en un medio tan
cargado de testosterona como el nuestro, con denodada tendencia a los excesos, ya
van a saltar los detractores al respecto.
La posición de conducción es teutona al 100%,
cómoda, agradable, bien lograda, penalizada por las vibraciones que ya
mencionamos y que se sienten en el depósito, los manilares y el apoyo lumbar,
el monocilíndrico no dejará de ser vibrador jamás.
El desempeño de la 310 es agradable, tanto en
ciudad, entorno para el que en teoría fue desarrollada, como en la carretera,
con una agradable respuesta del motor a lo largo de toda la banda de potencia,
lo que permite rodar relajadamente al ir despacio contando con suficiente
respuesta al apretar el acelerador. En carretera además sale a relucir la
capacidad de paso por curvas que tiene esta pequeña BMW; el chasis de
estructura tubular hace uso del propulsor como parte estructural de la moto,
consiguiendo un buen balance entre rigidez y confort que de la mano de las
suspensiones, delantera de barras invertidas, trasera de amortiguador regulable
en siete posiciones de precarga, más el desempeño de las llantas Michelin, dan
la seguridad necesaria para entrar duro a las curvas más cerradas teniendo la
tranquilidad de que hacia donde apuntes, por ahí vas a salir. Los frenos
complementan de manera óptima el desempeño de suspensiones, chasis y motor, no
solo por la inclusión del sistema ABS, sino porque la capacidad de frenada que
ofrece el disco delantero de 300mm accionado por una pinza radial de cuatro
pistones (como en las grandes y rápidas) es impecable y siempre respaldado por
el trabajo del disco de freno posterior de 240mm.
¿Vale lo que
cuesta?
Con la G 310 R sucede, como sucederá con sus demás
hermanas en el futuro, que despierta tanto resentimiento como admiración. En el
mundo de las dos ruedas BMW es, si no la más, sí una de las marcas más
aspiracionales, aquella a la que muchos quieren acceder, ya sea por efectos de mercadeo
o lo que sea, al punto de que quienes no saben de motos, relacionan las
alemanas como las máquinas de dos ruedas por antonomasia cuando se les inquiere
al respecto. No vamos a adentrarnos en si están en lo correcto o no,
simplemente nos limitamos a mencionar lo evidente.
Este halo de marca aspiracional funciona para bien y
para mal, quienes las aman las seguirán amando hasta el final de sus días sin
importar cuántos “recalls” tengan anualmente, quienes no gustan de ellas
siempre las van a menospreciar aduciendo entre otras cosas que se paga más por
un escudo que por una buena moto, y en el caso que nos toca mucho más, al ser
el fabricante indio TVS el encargado de su producción.
Hoy día, con tanta “globoludización” como dice un
amigo argentino, es de boludos precisamente pretender que X o Y producto sea
fabricado en el país de la marca, así era hace años, no hay que quedarse en el
pasado. De otra parte con el nivel de estandarización de procesos que han
desarrollado las marcas, ahora pueden producir el modelo de moto que les dé la
gana en la planta que más les convenga por lo que sea, mano de obra barata, facilidad
de procesos, de distribución, etc, sin que por ello se vean perjudicados los
estándares de calidad de la casa, en este caso los de BMW. ¿Veinte millones de
pesos es mucho por esta moto de escudo alemán pero factoría india? La G 310 R
ofrece un buen paquete de prestaciones, seguridad y equipamiento, está en un
rango de precio competitivo para su segmento, el precio en sí, está afectado,
como en todas las motos disponibles en este país, por el lastre de una carga
tributaria impuesta por este gobierno garoso más, en este caso, lo que le ponen
por el apellido que tiene.
Los amantes de las alemanas me perdonarán, pero la
rival más directa de esta moto es la Dominar que está a punto de entrar al
mercado por varios melones menos y las comparaciones aunque odiosas, son
inevitables ¿Justificará los pesos de más? BMW ha cumplido con su cometido de
producir una moto que sirva de puerto de llegada a la marca para las nuevas
generaciones, mujeres y hombres, y lo ha hecho con un buen producto, una moto
que guarda el ADN de la casa más que nada en su sobriedad de emociones y un
precio en el que pesa y no poco, el escudito coqueto en la tija de
dirección, pero si a uno o a otro le
suena más la opción de otra marca y modelo, pues bien pueda, ¿si no para qué
carajos estamos en un sistema capitalista que le da la opción de escoger lo que
más le guste?
Sugiero usar color gris para los textos y así facilitar la lectura.
ResponderBorrarEl blanco sobre negro no es la mejor combinación para la lectura de textos largos
Daniel V. Te bajaste en la estacion que no eraaaaaaaaa......
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