¡Ser, o no ser! ¡Caer, o no caer! He ahí el dilema.
Una disyuntiva tan ancestral como la invención de la moto misma, un umbral que
aterroriza a tantos como emociona a muchos otros, no hay persona amante de las
dos ruedas a motor que en una etapa u otra de su existencia a los mandos de una
motocicleta no se haya planteado esta cuestión: ¿Dónde está el límite, cómo sé
hasta dónde puedo inclinar sin caerme?
La respuesta más honesta a semejante inquietud es
tal vez aquella que dice que sabrás que has encontrado el límite una vez te
estés levantando del piso, sacudiéndote la tierra y calculando el monto de los
daños, los pilotos profesionales saben esto de memoria y llevan señas tatuadas
en su piel a lo largo y ancho de todo su cuerpo, solo que ellos no suelen pagar
por los daños. Existen por supuesto alternativas menos radicales como el
aprender a usar referencias, dos ejemplos: 1. Lo que los gringos llaman
“Chicken Stripes”, concepto difícil de traducir sin que pierda su
exactitud-humorístico-sarcástica, y que está por decir que la parte de caucho
en la llanta que no se usado, es la “franja de las gallinas”, puesto de otra
manera, los huevitos no te dieron para usar toda la llanta (y aquí me disculpan
las señoras y señoritas por la analogía inguinal, que para nada pretende demeritar
sus habilidades conductivas, sabemos que muchas de Uds. inclinan sus motos más
que muchos de nosotros). 2. Los avisadores de los posapies. Para quienes no se
han percatado aún de estos adminículos (no disponibles en todos los modelos), los
avisadores son esos topes que sobresalen de las estriberas y cuya única función
es la de ser la primera parte de metal en la moto que haga contacto con el
asfalto durante la maniobra de inclinación produciendo un ruido estruendoso y
un chispero impresionante, precisamente para avisarte que ya estás cerca al
límite. Otra opción es ser consciente de la calidad de los cauchos que tienes
montados en tu moto.
Naturalmente para los fabricantes de llantas, al menos
para los serios, respetables y consecuentes (los chinos no entran mucho en este
rango), el dilema del caer o no caer es casi la razón primaria de su trabajo.
Su compromiso hacia el usuario se basa en ofrecer unos cauchos capaces de
entregar las mejores prestaciones de agarre para una motocicleta, soportando las
fuerzas a las que están sujetos tanto en aceleración, como en desaceleración e
inclinación, más la carga adicional del peso de la moto y sus ocupantes y, en
el caso particular del segmento que nos importa en esta ocasión, teniendo en
cuenta las cifras bestiales de torque y potencia que entregan los motores que
equipan las motos de orientación sport/touring; segmento en el que sin ir más
lejos, encontramos modelos tan variados como la Versys 1000, la Aprilia
Caponord, la BMW S 1000 R, Ducati Multistrada y la KTM SuperDuke GT que
estuvieron presentes en la rodada y entre las cuáles la “más purgada” supera con
creces los 100 hp.
Y que no se olvide, que adicional a todo lo mencionado
también es supremamente importante que las llantas mantengan su rendimiento en
pisos mojados, la cereza del pastel si así se quiere.
Continental, reconocido fabricante alemán de llantas,
tuvo todos estos factores en cuenta a la hora de desarrollar la nueva ContiRoad
Attack 3, y una vez más tuvimos la oportunidad de conocer de primera mano el
producto gracias a la gentil invitación de IGB Colombia, importadores de la
marca para nuestro país.
El desarrollo del nuevo caucho alemán estuvo
enfocado en mantener el buen rendimiento de las versiones anteriores de la
ContiRoad Attack sobre pisos secos, a la vez que se mejoraba su capacidad de
maniobra implementando el “Easy Handling” que básicamente la hace más fácil de
usar a bajas velocidades incrementando la maniobrabilidad de la moto en
recorridos urbanos. Otro aspecto cuidado en la nueva ContiRoad Attack 3 ha sido
el desgaste progresivo y sin escalonamientos para garantizar que el desempeño
sea el mismo desde el primer hasta el último kilómetro de vida, gracias a un
mejorado sistema de vulcanización que permite controlar la temperatura del
mismo durante el proceso de fabricación de la llanta. Adicionalmente la última
versión de la ContiRoad ha visto un mejoramiento en sus prestaciones sobre
pisos mojados gracias al rediseño de la red de canales y al empleo de una
mezcla de compuestos que de acuerdo a ellos la hacen altamente confiable cuando
el piso se moja. Con todo esto, la casa alemana está segura de alcanzar su
objetivo: ofrecer la mejor llanta para motos grandes de prestaciones deportivas
y obtener los mejores puntajes en los comparativos especializados de las
mejores revistas europeas.
Por estas latitudes no tendremos el nivel de los
europeos (ningún vainazo entendido, solo la cruda aceptación de la mera
realidad), ni sus pistas, ni sus equipos, pero sí tenemos nuestras montañas con
todo lo que ellas conllevan y, gracias al calentamiento global, la impredictibilidad
climática, de manera que en compañía de las máquinas que teníamos a disposición
era de esperar solo cosas buenas por venir, eso y la promesa de que las llantas
Continental ya vienen pre gastadas de fábrica de manera que no hay que darles un
periodo de rodaje para su desgome.
¡Y qué nos han dicho! Que el período de decencia y
consideración hacia el resto del grupo de la rodada y los señores de IGB nos
duró, al señor Gallo chiquito en la S 1000 R y a quien esto escribe en la GT,
lo que nos demoramos en cruzar la última cámara de foto multas a la salida de
Medellín. Tampoco se vaya a imaginar el estimado lector que con semejantes
motos salimos en procura de generar contenidos dignos para un vídeo de esos que
se viralizan en las redes sociales y que tienen de todo menos buen manejo y
respeto por los demás usuarios de la vía, andamos duro, porque sí no como
justificábamos la desvirgada de las llantas, pero sin tirarle la moto a nadie y
esperando cuando había que esperar. De cualquier manera ha sido una de los
ascensos más emocionantes que este parroquiano haya podido experimentar alguna
vez, en buena parte naturalmente por la calidad del juguete que había puesto a
disposición la gente de KTM Colombia, pero en muy buena parte también por la
tranquilidad que transmiten las llantas desde el primer momento, cosa que no es
poca. Durante la breve escalada de apenas poco más de 14 kilómetros los 160
caballos de fuerza de la KTM en modo Sport sometieron las Continental a una
tortura brutal cada que se abre como cuando se cierra el acelerador además de las
fuerzas laterales en la inclinación y la de frenada con las mordazas delanteras
hincándole el diente sin miseria a los discos de 320mm, sin que las llantas dieran señas de debilidad en momento
alguno.
Una vez en el alto el descorche se había probado todo
un éxito sin “franjas de gallina” por ninguna parte, hacia adelante nos
esperaban muchas más curvas pero con mucho más tráfico de manera que era
cuestión de tirar más paciencia que manejo, eso hasta que llegamos a una
intersección en la que se supo despachar sobre nosotros un señor aguacero de
esos que hacen persignar a las abuelitas. Debido a la lluvia y el retraso hubo
cambio de planes y recorte de varios kilómetros en la ruta, y más allá de la
disimulada renuencia de unos cuántos, pudieron más las ganas de la mayoría por
salir a probar qué tan cierto era tanta belleza de las llantas sobre el asfalto
mojado.
Minutos más tarde llegamos al lugar acordado para
almorzar empapados, contentos y tranquilos, una vez más la gente de Continental
ha probado ser de palabra y sus llantas estar a la altura de las promesas,
ningún susto sobre piso mojado, ni en la inclinación, ni en frenada, ningún
derrape involuntario en desaceleración, y sí, obviamente estamos hablando de motos
que en su mayoría están al tope de gama y por ende cuenta con la más sofisticada
electrónica, lo que determina una diferencia abismal en el resultado, pero de
igual manera la diferencia en el contacto con el piso se siente y se agradece.
El cierre de la jornada no se pudo haber dado de
mejor manera que subiendo y bajando por la vía que sube hacia Santa Elena para
la sesión de fotos que se llevó a cabo sobre un asfalto que ya empezaba a secar
tras el diluvio. Una vez más las ContiRoad Attack 3 probaron de lo que son
capaces, pero para mí personalmente la confirmación de la calidad de las
llantas estuvo cuando al emprender el regreso, en un acto de magnánima
generosidad cambié con Mr. África la SuperDuke por la Versys 1000, que, todo
hay que decirlo, con los kilómetros que tenía a cuestas (era una moto de
segunda, no nueva como las otras), no se sentía como si estuviera pasando por
su mejor momento de suspensiones y frenos, pero aún así, el rendimiento de las
Continental me permitió estar tranquilo como para seguirle otra vez el paso al
Gallo chiquito hasta que el tráfico ya se volvió muy pesado como para mantener
ritmos fuertes.
Esperemos seguir en la lista de IGB para poder hacer
parte del próximo lanzamiento que tengan en Colombia, porque 2 de 2, esta
experiencia con las llantas Continental viene consolidándose como una cita
fundamental de cada año, gracias a la calidad de sus productos.
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