miércoles, octubre 17, 2012

Columna, Vestidos ¡Cómo Dios Manda!



No conozco al primero en mi extremadamente limitada experiencia futbolera (lo admito), que vaya a echarse un “picadito” en una de esas canchas sintéticas que proliferan hoy en nuestras ciudades, ataviado de traje y corbata y zapatos de brillo “americano”. Ni siquiera van con sus jeans, ni con la camisa del día. Todos tienen la pinta que pega duro, su buena pantaloneta, su apropiada camiseta, por supuesto no faltan las canilleras y ni qué decir de los guayos especiales para el piso del día y con taches intercambiables de acuerdo a las circunstancias.

 
Aquí la pinta no es lo de menos, cuenta y mucho. Las razones variarán de jugador a jugador pero creo no equivocarme si le apuesto a las siguientes: comodidad (libertad de movimientos para realizar gambetas, dribles, pases y demás maniobras); ligereza (para no sudar tanto); efectividad (un “tenis” cualquiera no permite tener buena adherencia ni buen control del balón); y por último la identificación con los demás jugadores de su equipo.

¡Ojo! Estamos hablando de un deporte en el que a menos que suceda algo extraordinario, lo peor que podría pasar sería encontrarnos con uno de esos jugadores con delirio de infranqueable que usualmente juega en la defensa y cuya mayor virtud en la cancha consiste en que lo que le falta de juego lo compensa con la facilidad con la que acaba con sus adversarios. En ese caso, decía, lo peor sería unos cuantos moretones, tal vez un ligamento torcido o una articulación magullada. Difícilmente la vida. 

 Uno nunca sabe cuándo va a pasar lo peor, puede ser incluso en un país lejano en medio de la nada, 
en ese caso lo mejor es ir bien protegidos
A description...Ahora veamos el tema de las motos. Lo difícil acá es que a cualquiera no le pase algo grave, la misma pinta que se usa para el picadito de futbol vale, según miles de personas, para andar en la moto, al punto que hasta el casco es prescindible. La diferencia reside en que a los mandos de una moto lo que ponemos en juego es, literalmente, el pellejo… y la vida. Y existen un montón de opciones para protegerlas, al menos para reducir exponencialmente los riesgos de sufrir consecuencias irreversibles, el presupuesto, lejos de lo que piensa una gran mayoría, ha dejado de ser una condicionante, hoy día la causa principal en cuanto al no uso de prendas protectoras (casco, guantes, chaqueta, pantalones y botas) es la simple y llana falta de interés de la personas por cuidarse y ataviarse con la indumentaria correcta para rodar en moto.

Solo para que nos hagamos una idea de lo que estamos hablando, un casco (uno bueno y bien elegido, no uno  de esos de esquina que venden a veinte de mil) reduce el riesgo de muerte en un 66% de los accidentes, y para aquellos que dicen que un casco puede matarlo a uno, ¿sabían que la velocidad máxima a la cual uno se puede dar un golpe en la cabeza sin que quede como una caja de huevos es de… 17 kilómetros por hora?

Esta es solo la punta del iceberg, en este fascinante mundo de las motos hay un montón de cosas por aprender y por eso a partir de ahora empezaremos a tocar en este espacio temas relacionados con la seguridad, el control y por supuesto el disfrute sobre nuestras queridas motos.

“Pocas cosas  hay tan excepcionales como un buen ingreso a una curva, un paso rápido y
firme con la moto inclinada, una salida con la mirada puesta en el siguiente ápice”.


Descarga este arículo a tu PC haz clic en la imagen

 
 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

¿Algo para rebatir? Bienvenido, pero sin faltar al respeto de nadie