miércoles, octubre 31, 2012

Columna, Usa la cucurbitácea


¡Sí hombre! la cucurbitácea, esa cosa que está entre tus dos orejas y que lleva dentro lo que llaman materia gris, esa que no es solamente para lucir la última creación de AGV, Shoei o Suomy y que hay que cuidar como lo más preciado que tenemos para andar en moto, aunque honestamente, por lo que se ve a diario en nuestras calles en cuanto a esta actividad en particular, pareciera que muchos la hubieran mandado a “uso de buen retiro” con injustificada antelación.

Resulta que uno de los aspectos fundamentales a la hora de aprender, mejorar y poner en práctica el arte (y ciencia) de conducir una motocicleta, es el aspecto de la preparación mental tanto antes como durante el uso de la moto. Al respecto muchos hemos visto como en las transmisiones de Moto GP por ejemplo, los pilotos tienen distintas maneras de prepararse para las carreras desde un plano mental, Lorenzo por ejemplo se sienta a escuchar música aislándose de los ruidos exteriores y Rossi es bien conocido por sus rituales antes de subirse a la moto, rituales que más allá de ser simplemente lo que parece (acomodarse las gónadas por ejemplo) en realidad hacen parte de un rito que le permiten seguir un camino de concentración y preparación mental para estar listo a la hora de la salida. 

No importa el tipo de moto ni qué tan lejos vamos, lo que importa es que estemos en situación de lo que estamos haciendo y de lo que puede pasar.

Naturalmente estos pilotos se juegan la vida en las motos más potentes que existen sobre la faz de la tierra, y entonces ¿qué tiene que ver con nosotros, comunes e ignotos motociclistas del día a día que andamos ya sea en una pequeña 100cc o en una grande 1200cc? Que nosotros, al igual que la élite del motociclismo mundial, nos jugamos la vida cada que nos subimos a la moto, solo que nosotros lo hacemos cada día y ellos dieciocho veces al año, solo que nosotros rodamos en calles con una innumerable cantidad de peligros al acecho mientras ellos corren en los circuitos más seguros del planeta, solo que nosotros damos por sentado que no nos va a pasar nada por ir a comprar el pan, cuando a la hora del té, la verdad es que estadísticamente existen más opciones de que a nosotros nos pase algo grave a la vuelta de la esquina que a ellos por tomar una curva a 262km/h.

Aunque parezca mentira, ellos corren menos riesgos en la pista que nosotros en la calle.

Usar la cucurbitácea es simple y llanamente ponernos en situación de lo que vamos a hacer y de asumir los riesgos y responsabilidades que implica para nosotros el subirnos a una moto sin importar si vamos por el pan o si vamos al país vecino; cada recorrido en moto nos exige que estemos alerta, concentrados, atentos a los peligros potenciales que se presentan en la vía, conducir cansados, estresados, iracundos, afecta nuestra capacidad de percepción y de reacción y por lo tanto incrementan considerablemente la posibilidad de sufrir un accidente, de igual manera conducir dando por hecho que todo lo tenemos bajo control, que no hay riesgo que no podamos enfrentar o peor aún, pensando que las cosas malas solo le pasan a otros porque nosotros estamos por encima del bien y el mal, es un error que en la moto se paga con consecuencias dolorosas y lamentables.

A description...Las motos son una de las creaciones del hombre con las que más fácilmente se alcanza ese estado de compenetración entre hombre y máquina, solo es cuestión de asumir la actitud
correcta, de ponernos en modo de disfrutar y aprender dejando a un lado esa idea propia
del ser humano que nos hace creer capaces de controlarlo todo por el simple hecho
 de que en teoría “sabemos hacer algo”.

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