Si de marcas y máquinas especiales y magníficas se
trata, necesariamente debemos tener en cuenta a MV Agusta y las “joyas” (sin
exagerar) que salen de la línea de montaje.
En esta ocasión vamos a ver el proceso de ensamble
de la F3 Serie Oro, una moto que cuenta con lo más exclusivo en componentes y
materiales y en palabras de la casa constructora: “la 600 más bella del mundo (…)
la nueva referencia en su categoría”.
¿Exagerados? Los italianos tienden a sentirse
excesivamente orgullosos de sí mismos y de sus creaciones, pero para no caer en
alabanzas desproporcionadas o en críticas sin fundamento, demos mejor un
vistazo a algunas de las características de esta máquina y ya que cada quien
saque sus propias conclusiones.
El diseño de la F3 es único, no estamos hablando de
algo subjetivo como el gusto, sino de algo tangible como es el resultado que se
obtiene de las líneas y las formas de esta moto, esta MV tiene un motor de
675cc, tres cilindros que entregan 128cv a 14.500rpm, incorpora además árbol de
levas contrarrotante (este es el primer motor producido en serie que aplica
esta tecnología derivada directamente de Moto GP) y tiene un sistema de
inyección electrónica con tres cuerpos de mariposa de 50mm.
En la parte electrónica este es el primer propulsor en
su categoría en equipar un sistema de gestión electrónica Full Ride by
Wire, que en conjunto con el sistema MVICS (Motor & Vehicle Integrated
Control System) exclusivo
de MV, le permite contar con cuatro mapas de gestión de potencia y
desempeño, de estos, un mapa es personalizable por el propietario y tiene
además un sistema de control de tracción que ofrece ocho distintas opciones de
reglaje.
Como si fuera poco este
sistema tiene accesorios para mejorar su desempeño, por ejemplo un sensor de
inclinación, control de partida, sistema anti-wheeling y un sistema de cambio
electrónico que permite hacer los cambios sin cerrar el acelerador y sin usar el
clutch.
Como siempre, todo lo bueno y
exclusivo tiene su contraparte, el precio que para esta máquina es de 11.990€ ($26.753710COP
más toda la regadera de impuestos que cobran por entrar la moto al país) y sí,
es cierto que en Colombia no hay una de estas, que difícilmente llegará una
alguna vez y si llega ¿para qué sirve si no hay con qué comprarla? Pero al fin
y al cabo ¡soñar no cuesta nada!