Este artículo se publicó originalmente en la Revista Demotos
Texto: Daniel Velandia
Fotos: Jason Crawford - Lina Posada
Texto: Daniel Velandia
Fotos: Jason Crawford - Lina Posada
Será chiquita, de hecho
parece la “mini mi” de las naked, pero ¡QUÉ JUGUETE! Así, con mayúsculas y
entre símbolos de exclamación, porque lo que le pueda faltar en tamaño, la
Benelli TNT 135 lo compensa con pura diversión, basando su éxito en la
sencillez de su concepto y ofreciéndole a sus usuarios la capacidad de hacer lo
mismo de siempre pero de una manera muy particular, porque evidentemente lo
suyo es rodar en la ciudad, ¿pero quién dice que para moverse por las calles hay
que hacerlo siempre en los mismos términos?
Receta de pura espontaneidad
La invención de las mini
motos no es reciente, ejemplos y modelos hay por doquier de diferentes
procedencias, pero tal vez para la mayoría del público sea la Honda Monkey la principal referente de la categoría. Sin
embargo la Monkey es ella, única en su estilo y por supuesto tiene un encanto
que ninguna otra moto logrará arrebatarle hasta el fin de los tiempos, pero su
estilo y apariencia siempre la han hecho ver muy distinta a las grandes… en
cambio la TNT, es otro cuento aparte, ya muchas de las grandes quisieran verse
como ella.
Esta es la moto (y aquí creo
que no hablo solo en nombre propio), con la que uno soñaba de pelado, cuando a
los 8 años se babeaba por una moto de grande, que se viera igual a ellas, con
luces, pito y sobre todo con ¡cambios y un motor! Pero a la que pudiéramos alcanzar
con el largo de nuestras piernas de infantes. Hace mucho tiempo de esos sueños,
décadas enteras en mi caso, pero conducir la TNT 135 durante unos días ha sido
como volver a esos días de inocencia infantil combinada con amor por las dos
ruedas, todo gracias al hit que es la combinación lograda por la marca de
corazón y nombre italiano y capital chino.
Ahora, cuando digo que la
moto es un hit no es para salirnos de proporciones, estamos ante una máquina
propulsada por un motor de 134.7 centímetros cúbicos y 13 caballos de fuerza,
montado sobre una plataforma que más allá de lo que pueda aparentar por sus
dimensiones, detiene la báscula en 121 kg de acuerdo con la ficha técnica
oficial, se trata entonces, si a las odiosas comparaciones nos remitimos y en
aras solamente de hacernos una idea más clara, de una mini moto con
especificaciones (de potencia y peso) iguales a las de una moto de calle
convencional, como puede ser por ejemplo la Pulsar 135 con sus 13.3hp y 122kg. Pero
que las cifras sean similares no implica que las sensaciones a sus mandos lo
sean también, de hecho la Benelli TNT se siente diametralmente diferente a
cualquier otra motocicleta de calle y ahí reside precisamente la esencia de su
encanto.
La receta de la Benelli empieza
mezclando una plataforma mecánica y de equipamiento casi sencilla con un diseño
que descresta. Lo de “casi sencilla” es porque dando un vistazo a la tabla de
especificaciones te encuentras con detalles nada simples, como por ejemplo: motor
4T, 4 válvulas, doble bujía, refrigerado por aceite y alimentado mediante
sistema de inyección electrónica + convertidor catalítico y sensores de oxígeno
para cumplir con la norma Euro 4. Discos de freno en ambos ejes, de 220mm
adelante y mordaza de doble pistón, y de 190mm atrás; chasis de estructura tubular
que parece copiado a una MV Agusta, rines de aleación de aluminio de cinco
aspas bifurcadas, luces LED en farola, direccionales y luz de freno; tablero
digital, suspensión delantera con barras invertidas de 41mm de diámetro y 120mm
de recorrido y un amortiguador posterior con ajuste de precarga. Luego, por
equipamiento no se queda corta la pequeña TNT.
Encima está su apariencia,
que viene a ser como la cereza del pastel, con ese pretencioso escape doble
salida (que también parece sacado de una MV), la farola de cinco ópticas
separadas en dos secciones, las direccionales posteriores integradas a la forma
del colín de la moto, los soportes de los posapies, el guardabarro/porta placa y
por supuesto ese par de llantas regordetas que suman fuertemente al logrado
diseño de la Benelli.
Más allá de lo completo y bonito
del paquete, ¿qué hay que la haga tan juguete? Bueno, aquí es donde entra a
jugar el otro ingrediente clave en la receta de la TNT: sus medidas. Si sumas
una distancia entre ejes de 1215mm (la misma de algunas bicicletas), más rines de
12” y una altura de asiento de 780mm el resultado no puede ser otro más que una
máquina extremadamente ágil y fácil de manipular, una con la que hacer escuela
por ejemplo para aprender a hacer piques y endos y que se mueve entre las
congestiones de tráfico como bicicleta, al punto que la TNT le da un nuevo significado
a la expresión “ratonear”, refiriéndonos a la capacidad que tiene cualquier moto
de moverse como roedor entre los espacios más estrechos dejados por los
enlatados.
Al decir lo anterior no
pretendemos de forma alguna incentivar el uso inapropiado e irrespetuoso que
algunos hacen de sus motos sin consideración a los demás usuarios de la vía,
simplemente nos remitimos a destacar una de las principales virtudes de la
Benelli 135 que dentro de los límites urbanos es un absoluto juguete. Porque una
vez fuera de ellos no la pasa también, en parte por las vibraciones que
transmite el sillín y que en desplazamientos mediamente largos se dejan sentir
en la parte baja de la espalda, en parte también por la limitada autonomía del
depósito de combustible (1,8 galones), por las luces que son para uso netamente
urbano dado el corto alcance que tienen, y en parte también porque la relación
de la caja de cinco velocidades que la beneficia para moverse con soltura en
distancias cortas, la penaliza en excursiones extra muros en las que se siente
quedada, valga de una vez anotar que si te estás visualizando rodando a
velocidades atronadoras en tu mini mi naked, te puedes ir bajando del bus,
porque a duras penas, y en bajada, el velocímetro llegó a marcar los 110km/h,
quedemos claros en que para ella el ser entretenida no es por la velocidad que
pueda alcanzar, sino por lo ágil que de hecho es.
Sumado a esta agilidad,
facilidad de uso y equipamiento, hay que destacar el que más allá de las
medidas que tiene, resulta bastante cómoda de usar. La posición de manejo ayuda
bastante en la facilidad de uso de la TNT, el espacio que dan las aletas del
tanque para acomodar las rodillas, el ancho del asiento y el manubrio de una
sola pieza dan lugar suficiente para piernas y brazos si estás relativamente
cerca o por debajo del metro setenta y cinco de estatura. En un orden de ideas
similares todos los controles (palanca de cambios, pedal de freno y las levas
de clutch y freno delantero) están a correcta distancia de manera que no
obligan a asumir posiciones raras sobre la moto. A propósito de frenos, sí que
los hay disponibles, serán unos discos pequeños pero están muy bien para las
capacidades y dimensiones de la TNT y al no contar con la asistencia de ABS es
preciso cuidar lo que se hace con ellos, particularmente con el freno delantero
que con facilidad es capaz de poner a esta pequeña con el morro apuntando hacia
el asfalto, lo que por otro lado deja claro que para perfeccionar la técnica de
endos la TNT 135 está sola, pero ojo, que las llantas Cordial (esa es la marca)
no están a la altura de la moto por su capacidad de agarre, sobre todo en pisos
húmedos, de manera que quedas cordialmente invitado a reemplazarlas tan pronto
como te sea posible en aras de poder disfrutar con máxima seguridad de lo que
esta Benelli 135 tiene para ofrecerte.
Otro aspecto no tan positivo
de esta pequeña, es su limitada capacidad de llevar acompañante, no porque mecánicamente
no sea capaz o porque no quepan dos a bordo, que si caben, pero bien
apretaditos porque el espacio es bastante limitado y a quien vaya atrás le
figura irse apoyado prácticamente sobre los plásticos del colín por lo pequeño
del asiento, en pocas palabras, aguanta llevar pasajero/a pero por un espacio
corto de tiempo.
Momento oportuno
La Benelli TNT 135 no pudo
haber llegado en mejor momento a nuestro mercado, cuando este ya tiene una
cierta madurez y está listo para recibir máquinas que se salen del molde, que
rompen estereotipos pudiéndose consolidar como nuevas alternativas para un
público que sin ir en busca de llegar a los extremos de por ejemplo emprender
viajes de largo aliento o de ir en pos de altísimas velocidades, si tienen
interés en disfrutar de las ventajas de una moto durante sus desplazamientos
diarios, pero haciéndolo con estilo y carácter, y obviamente, con una
irreverente capacidad de entretención, además cabe anotar que si bien es cierto
que Benelli es una marca relativamente poco conocida en nuestro país, esta
lleva ya varios años entre nosotros preparando una completa infraestructura a
nivel nacional para ofrecer el correcto servicio post venta, con una red de
distribuidores que por ahora tiene presencia en cuatro ciudades (Cali, Pasto,
Medellín y Bogotá) y que con el apoyo internacional de un grupo global y de la
marca que como se sabe, es de origen italiano pero que hace un tiempo pasó a
ser de capital chino bajo la sombrilla del grupo Keeway.
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